Halloween y Abraham Abinu

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Halloween o “Noche de brujas” es una festividad que se celebra en EEUU y otros países del mundo la noche del 31 de Octubre. La gente se disfraza, pone zapallos y velas en las puertas de la casa, y los niños salen a pedir golosinas. Aparentemente, esta inocente celebración no tiene nada de malo. Y como es tan atractivo disfrazase y recibir golosinas gratis, muchos padres judíos permiten o incluso motivan a sus hijos a celebrar Halloween.
Es por eso que decidí estudiar un poco mejor este tema y advertir especialmente a los adultos que Halloween tiene orígenes paganos inconfundibles. Y aunque hoy en día su celebración no está orientada de manera directa hacia el paganismo, Halloween tiene muchos elementos —demasiados— relacionados con la idolatría.
La idolatría o ‘aboda zará es la ofensa más grave en el judaísmo y la Torá nos ordena mantenernos alejados de ella. La idolatría consiste en un sin fin de rituales asociados con supersticiones, magia y creencias míticas. “La muerte” siempre se consideró el misterio más aterrador, y desencadenó ansiedad y agitación extrema, que terminó transformándose en ritos paganos para tratar de controlar la muerte. En el mundo de ‘abodá zará las personas muertas — sus espíritus—eran a menudo objeto de temor, reverencia y especialmente de culto. Halloween no es una excepción. “All-hallow-even” celebra el “día de todos los santos (muertos)”.
Halloween tiene su origen en el pueblo celta. Los antiguos celtas celebraban Halloween al final del verano, porque creían que los espíritus malignos y las almas de los muertos visitaban en esos momentos el mundo de los vivos. Los paganos consideraban a los muertos más o menos como Hollywood considera a los “zombis”: malos y peligrosos. Los muertos regresaban a este mundo enfadados, vengativos y con el deseo de reclutar nuevos miembros. Las calabazas, que se asemejaban a las caras desfiguradas de los muertos, estaban talladas para darles la bienvenida y apaciguar sus espíritus. También se encendían grandes fuegos para iluminar y ayudar así a los muertos a encontrar su camino en el mundo de los vivos. La comida, particularmente los dulces, se dejaban afuera de las puertas para alimentar a los fantasmas. Todos estos favores a los muertos se hacían por interés: la gente creía que aquellos que si ayudaban a los espíritus de los muertos, no serían molestados (“Si los apaciguo, entonces no me llevarán con ellos”).
Los gatos eran especialmente importantes en Halloween porque la gente creía que los gatos podían oler y advertir sobre la presencia de los espíritus invisibles. Sin embargo, se evitaba (o se mataba) a los gatos negros porque las brujas o los espíritus malignos se reencarnaban en los gatos negros.
El diablo se aparecía en la noche de Halloween desde el mismo infierno. Los druidas, los sacerdotes celtas, se disfrazaban con máscaras para hacer creer a los muertos que eran uno de ellos. Estos sacerdotes golpeaban las puertas de las casas para pedir sacrificios humanos para el diablo o para satisfacer a los espíritus vengativos. Y si uno no quería convertirse en un sacrificio humano, al menos, debía apaciguar a los espíritus malignos con dulces.
Como pueden ver en esta breve descripción, hoy Halloween puede parecer divertido o incluso inocente, pero está profundamente arraigado en la idolatría primitiva y el culto pagano a la muerte y a los espíritus . De una manera u otra, la mayoría (o todos) los elementos que formaban parte de la antigua celebración pagana de Halloween todavía están presentes en el Halloween de hoy. Por lo tanto, nosotros los judíos debemos evitar participar de cualquier manera, activa o pasiva, de Halloween.
Como nota al margen, y pensando como educador, Halloween es una excelente oportunidad para educar a nuestros hijos. ¿Cómo? La idolatría, todo lo que describimos en este email y mucho más, era muy normal en la antigüedad. Los judíos nos opusimos a la idolatría desde el día en que nuestro padre Abraham destruyó los ídolos de su padre Téraj. Pero muchas veces nos resulta difícil describir a nuestros hijos el terrible y peligroso ambiente del paganismo y sus supersticiones, y las innumerables fantasías y engaños a su alrededor. En otras palabras: la verdadera dimensión de la ‘aboda zará contra la que se opuso Abraham Abinu cuando se convirtió en el primer iconoclasta. Es difícil apreciar la magnitud de lo que enfrentó Abraham porque la primitiva ‘aboda zará casi ha desaparecido … Halloween es una oportunidad para ayudar a nuestros hijos a identificar visualmente las supersticiones de ‘aboda zará, comprender su falsedad, tomar conciencia de la importancia de mantenernos alejados de ella, y sentirnos muy orgullosos y privilegiados de ser los descendientes de nuestro valiente patriarca Abraham Abinu.