EL APELLIDO
El apellido Colón o Colombo es típicamente judío. Viene del nombre o apellido hebreo Yoná (como “Rabbenu Yoná”) que significa “paloma” o en italiano, “colomba”. Recordemos también que uno de los rabinos más famosos de esa época, y el más importante jurista (poseq) rabínico italiano de todos los tiempos, se llamaba Rabbí Yosef Colón (mahariq, 1420-1480). En España, en uno de los más tempranos autos de fe (1461), fue quemado vivo Tomás Colón, junto con su esposa y su hijo, por cometer el delito de “judaizar” (=realizar alguna práctica judía, como encender velas o cambiarse la ropa un viernes por la tarde, o estar parado silenciosamente frente a una pared –recitando la ‘amidá, etc).
IDENTIDAD SECRETA
Por supuesto que, si Colón era judío, era de esperar que lo ocultara, especialmente si su intención era obtener el apoyo político de la corona de España para sus expediciones. En los tiempos de los reyes católicos Isabel y Fernando, ser judío no era un título que otorgara muchos privilegios en la corte española…. todo lo contrario. Muchos judíos, probablemente más de 200,000, vivían una doble vida. Ellos o sus padres se habían convertido por la fuerza desde que comenzaron los “progroms” en 1391 y vivían exteriormente como católicos, pero en sus casas, en el seno de sus familias, vivían como judíos, muchas veces arriesgando sus vidas. A estos judíos se los llamaba de muchas maneras diferentes: “marranos”, en el lenguaje popular, “conversos”, “cristianos nuevos”, “cripto-judíos” (judíos en secreto) o “chuetas” en el sur de España.
CERTIFICADO DE JUDEIDAD
Hay muchas evidencias que indican la judeidad de Colón, como su firma, etc.
Otras menos conocidas son:
1. En su testamento Colón dejaba el 10% de todos sus ingresos a los pobres y a las doncellas que estén por casarse. Estos gestos corresponden a dos preceptos muy importantes en el judaísmo, ma’aser kesafim, apartar un 10% de nuestros ingresos para caridad. Y dentro de la Mitsva de Tsedaqa, como dice el Shulján Aruj, el acto más meritorio y que tiene prioridad sobre cualquier otra noble caridad, es apoyar a las jóvenes que se van a casar y no tienen medios suficientes para hacerlo (hajnasat kalá, yore de’a 249:15).
2. Colón debía partir del puerto de Palos el 2 de Agosto de 1492. Ese año, el 2 de Agosto era el día de Tisha beAb, el día de duelo nacional del pueblo judío. Colón, por razones que nunca pudieron ser explicadas en términos climáticos, etc. embarcó a sus 90 hombres el 2 de Agosto, pero no partió del puerto hasta el día siguiente, el viernes 3 de agosto, media hora antes de que cayera el sol (comenzara Shabbat). “Casualmente” el 3 de Agosto era también el último día que el infame Edicto de Expulsión establecía para que los judíos eligieran entre convertirse o abandonar España…
3. Todos los financieros que apoyaban a Colon eran judíos practicantes o secretos. Los fondos para la expedición de Colón no venían, como dice la leyenda, “del dinero de las joyas que vendió la reina Isabel”. Colón necesitaba el apoyo político y legal de la reina para conquistar legalmente nuevas tierras, pero el financiamiento tenía que llegar de otro lado. Entre los judíos que apoyaban a Colón estaban por ejemplo, el célebre Rab Don Isaac Abarbanel, uno de los hombres más pudientes de España; el Rab Abraham Zacuto, el astrónomo más famoso de España en esos tiempos, que fue quien le entrego a Colón su astrolabio y su calendario Perpetuo, ambas herramientas nuevas y esenciales para la navegación. Otros donantes de Colón fueron los judíos conversos. Entre muchos otros Luis de Santangel y Gabriel Sanchez. Cuando Colón llega de su primera expedición escribe dos cartas de agradecimiento por el apoyo brindado: una a Sanchez y otra a Santanagel. Colón no escribió ninguna carta de agradecimiento a los Reyes.
Pero , ¿por qué los judíos y conversos españoles apoyaban a Colón?
EL PLAN SECRETO
En su “Diario del Primer Viaje” de 1492, Colón revela su increíble plan maestro. Allí Colón escribe que “con las ganancias de su empresa liberaría Hierusalem y construiría allí la Casa Sancta”. Esto lo dice Colón repetidas veces en sus diarios (ver aquí pag. 294). Lo que movía a Colón a conseguir oro y riquezas, según sus propias palabras, era su deseo de financiar un gran ejército de más de 100.000 soldados, liberar Jerusalem de mano de los moros y “construir allí la casa santa”. Para los cristianos, la conquista de Jerusalén se justificaba con el fin de liberar el santo sepulcro. En términos cristianos, la expresión “construir una casa santa en Jerusalem” no tiene ningún sentido… Evidentemente, como los judíos muy bien sabemos, la construcción de la “Casa Sancta en Hierusalem” no puede ser otra cosa que la construcción del Bet haMiqdash. La intención de Colón, y de los judíos que lo apoyaron con tanto entusiasmo era que con los fondos obtenidos se conquistara Jerusalem y los judíos, incluyendo a los 800,000 judíos que abandonaron España el mismo día que Colón partió del puerto de Palos, pudieran finalmente tener su propia tierra, volver a su hogar, Israel, y ver reconstruida allí su “Casa Sancta” (בבי”א). Esta fue y sigue siendo, la mayor aspiración del pueblo judío, y por la cual, hasta hoy seguimos rezando.
El Rab Abraham Zacuto y Cristóbal Colón
Hay muchas historias fascinantes sobre la contribución del Rabino Abraham Zacuto a las expediciones de Cristóbal Colón. Sabemos que Colón conoció y utilizó las tablas marítimas de Zacuto en su expedición a las Indias (=América ). El Rabino Zacuto también fue instrumental en la obtención de los fondos para las expediciones de Colón y fue él quien introdujo al desconocido Colon a Rabí Don Isaac Abarbanel, quien arregló la primera audiencia entre el famoso navegante y los reyes de España.
Las tablas astronómicas de Rabí Zacuto salvaron la vida de Colón. Durante el último viaje de Colón a America, en febrero de 1504, su pequeña flota quedo abandonada en Jamaica, donde los nativos no querían darle alimentos ni a él ni a sus marineros. Las tablas predecían que el 29 de febrero 1504 habría un eclipse lunar. Colón reunió a los caciques nativos y los amenazó diciendo que si no le entregaban alimentos él haría desaparecer la luna. El eclipse asustó a los nativos y desde entonces respetaron a Colón y le dieron todo lo que necesitaba