(Pasuq 2) מה אדיר שמך בכל הארץ David haMelej comienza este Mizmor diciendo que el nombre de haShem, es majestuoso en toda la tierra. O sea, que vemos en en cielo y en nuestro planeta una gran cantidad de maravillas (=milagros) que apuntan a la existencia de un Creador Majestuoso: HaShem.
(Pasuq 3) מפי עוללים ויונקים Los comentaristas explican este enigmático pasuq que habla de “la boca de los bebes y los niños” de la siguiente manera. En la tierra somos testigos de milagros permanentes. Una de las maravillas que más sorprenden al rey de Israel es, en palabras modernas, el milagro de la cognición infantil. De cómo un niño de 2 a 4 años, cuando su cerebro aun no está desarrollado para muchas otras cosas, aprende a hablar. La capacidad de un infante para aprender un idioma completo, incluyendo la complicada semántica de ese idioma, está en su máximo nivel. Tanto es así que cuando una persona quiere aprender otro idioma a una edad posterior, es casi imposible llegar a controlar ese segundo idioma, no importa lo inteligente que uno sea. David haMelej vio este fenómeno como una señal más de la sabiduría y majestuosidad del Creador del mundo.
(Pasuq 4) כי אראה שמיך מעשי אצבעתיך Ahora David haMelej mira para arriba. Contempla el cielo estrellado y le dice al Creador: “Cuando veo Tus cielos, la obra de Tus dedos, la luna y las estrellas que Tu estableciste”. David haMelej nos dice que los cielos también son un testimonio de la existencia de HaShem y Su infinita Sabiduría. Hay que prestar atención a los detalles del pasuq, a las palabras que el más grande de los poetas del pueblo judío utiliza. ¿Que significa “la obra de Tus dedos”? Que ni se nos ocurra pensar que David creía que HaShem tiene dedos o manos! Los dedos de HaShem o Sus manos son metáforas, expresiones poéticas, motivos literarios. Cuando David habla de la Creación a veces se refiere a lo hecho por las manos de HaShem y a veces , como en este caso, por los “dedos de HaShem”. ¿Cuál es la diferencia entre estas dos metáforas? Cuando David quiere resaltar los detalles exquisitos de lo creado por haShem, utiliza la metáfora de los “dedos” (en el mismo sentido que en pedagogia se habla de la motricidad fina). Tal como el artesano termina los detalles de su obra con la destreza sus dedos, así el Creador, que es el Artista supremo de la Creación, ha diseñado Su mundo coordinando con “Sus dedos” hasta los más pequeños detalles.
Al margen de los detalles del universo, está la inmensidad del universo, lo que HaShem ha creado con “Sus manos”. Los números que se manejan respecto al tamaño del universo marean. Pero a David haMelej lo inspiran a reflexionar en la increíble pequeñez del hombre. Hay por lo menos 100 billones (entendiendo 1 billón como 1000 millones) de galaxias en el universo. Se calcula que cada galaxia contiene, por lo menos, 100 billones de estrellas. Y no se sabe cuantos planetas hay alrededor de cada estrella. Si nuestro sistema solar se toma como referente, tendríamos que estimar que habrían unos 8-12 planetas por cada estrella. Pero este no es el tamaño definitivo del universo. Es sólo lo que podemos ver con nuestros limitados telescopios. De cualquier manera creo que estos números son suficientes para entender lo que David haMelej sintió cuando observó el cielo estrellado.
(Pasuq 5) מה אנוש כי תזכרנו La astronomía lleva a David haMelej a la reflexión. ¿Qué es el hombre para que Tú lo consideres, o para que Tú, el Creador de este infinito universo, lo tengas en cuenta? Nuestro planeta es ridículamente minúsculo, imperceptible, comparado con el resto del universo. En cuanto a nuestro tamaño, ¡somos absolutamente insignificantes! ¿Por qué HaShem prestaría atención a algo aparentemente irrelevante, como la tierra o la humanidad?
(Continuará…)